miércoles, 15 de febrero de 2012

Ducha diaria ¿Demasiado para la piel?

                                            Foto: Archivo
Por: María E Carruyo

Es lógica común que mientras más nos bañemos, más limpios estaremos.
Frotar vigorosamente la piel con copiosas cantidades de jabón, y enjuagar con un agradable flujo de agua caliente debería acabar con los gérmenes en nuestra piel.
Sin embargo, estudios realizados por investigadores médicos demuestran que es, más bien, lo contrario. Usar el jabón común (en diferencia al jabón antimicótico o antibacterial)  no se deshace de las bacterias formadas en la piel. En realidad perturba las microcolonias de  flora y fauna de la epidermis, transfiriéndolas a los alrededores (como las paredes de la ducha en el baño). Ésta es una de las razones por las cuales los equipos de cirujanos tienen prohibido bañarse justo antes de entrar a pabellón a operar.
Aún así, bañarse regularmente es recomendado para mantener una buena higiene personal; bañarse mucho, sin embargo puede ser potencialmente dañino para la piel.
La cubierta exterior de la piel (llamada científicamente stratum corneum  o capa córnea) es una barrera de células muertas endurecidas, las cuales ofrecen protección a las capas subyacentes de células activas. Además de ser un conjunto de células muertas, cabe decir que las mismas se mantienen juntas por medio de “lípidos” los cuales son células grasas que, de hecho, ayudan a mantener la humectación de la piel.
Cada vez que tomamos un baño –especialmente uno caliente– con jabón y algún artículo para frotar, como una esponja de fibra vegetal, se está afectando la integridad de la capa córnea en la piel. El agua caliente y el jabón disuelven los lípidos y refregar sólo acelera el proceso; mientras más duchas tomemos, más frecuente será éste daño y menor será el tiempo que tendrá la piel para reponerse mediante la producción de aceites naturales. El resultado de bañarse demasiado es evidente en una piel resquebrajada, irritada y seca.
La química en la piel de cada persona es distinta, por lo cual bañarse a menudo es menos dañino para unos, más que para otros. Aún así podemos proteger nuestra piel mediante el uso de jabones suaves y agua tibia en vez de caliente; también se recomienda aplicar loción humectante después de cada baño. A todos nos agrada sentirnos limpios pero también debemos tener en consideración el balance entre una piel limpia y una piel sana.

0 comentarios:

Publicar un comentario